Hombre andante Egipto Hacia 1800 a.C. Madera pintada de tamarisco
Aquí está el hombre andante. Se encontró la estatuilla de esta persona desconocida en su tumba durante unas excavaciones. Podría ejercer un alto cargo para Faraón, el rey de Egipto. Representaron al difunto en el momento de la marcha. Pero una marcha que no es nada natural: tiene la espalda tan rígida como las piernas. A nuestro desconocido, eso no le importa. En efecto, para los egipcios, la representación tiene una función mágica. El simple hecho de que se esculpiese en la marcha le garantiza al muerto la posibilidad de moverse por el más allá como lo hizo en la Tierra, y para la eternidad.